Hay obras que trascienden a sus creadores. Una de ellas es sin duda la Torre Eiffel, reconocida en todo el orbe como un símbolo de París e incluso, dicen algunos, de Europa. Fue inaugurada en 1889, como parte de la Exposición Mundial que tendría lugar para conmemorar el primer centenario de la Revolución Francesa.
Hoy, a 111 años de que el pueblo parisino la viera terminada, su fama ha trascendido fronteras.
Conformada por tres pisos, la estructura sobresale por mucho de cualquier otro edificio parisino. Desde ella se tiene la mejor vista de París, según opiniones de quienes la han visitado. De la punta de la torre-y algunas desde el segundo piso- se aprecian muchas de las principales atracciones turísticas y monumentos de París, como el Arco del Triunfo, el Museo de Louvre y la catedral de Notre Dame, por mencionar algunos.
El ingenio de Eiffel
Para conmemorar el aniversario de la Revolución Francesa, el gobierno abrió la convocatoria para realizar un monumento digno de dicha celebración. “Entre los muchos proyectos presentados, figuraba uno cuyos primeros estudios databan de 1884 y estaban avalados por el célebre ingeniero Gustav Eiffel”, señala uno de tantos artículos sobre su historia.
Eiffel, de una gran capacidad matemática, era reconocido en toda Europa por sus trabajos y aportaciones en obras como puentes, viaductos y ferrocarriles. Quizá pocos saben que el diseñó la estructura interior que da soporte a la también famosa Estatua de la Libertad. Que donara Francia a Estados Unidos con motivo de su independencia.
Sin embargo su obra culmen fue la “Torre de 300 metros”, como originalmente fue conocida. “El proyecto consistía en la construcción de una inmensa estructura metálica en forma de torre que sería vista desde una gran distancia” prosigue.
Pero contrario a lo que la fama actual pudiera hacer pensar, en el inicio el proyecto no fue bien recibido. Y el mismo Eiffel señaló que era una estructura, sin mayor utilidad que el fin estético que incluso no por todos era entendido.
“El proyecto, lejos de enamorar a los parisinos, tuvo un enorme rechazo social”. Entre los primeros detractores estaban los poetas, pintores y eruditos de París, que consideraban la estructura un armatoste de metal carente de valor artístico o de sentido estético.
Un manifiesto fue publicado en 1887 en el periódico de Lé Temps, condenando la obra. “Escritores, escultores, pintores y amantes apasionados de la belleza hasta ahora intacta en París venimos a protestar con todas nuestras fuerzas… en contra de la edificación en pleno corazón de nuestra capital de la inútil y monstruosa Torre Eiffel, que ni siquiera la comercial América (Estados Unidos) querría, es, no lo dudéis, la deshonra de París (…)”, expone otro artículo. Mas contra viento y marea, ese mismo año dio inicio la edificación de la torre, hoy orgullo de los parisinos.
Su estructura
La Torre Eiffel es una enorme estructura metálica que pesa actualmente poco más de 10 mil toneladas. Originalmente eran 7 mil, apero aumentó luego de que se añadieran la cafetería y otras instalaciones en las plantas intermedias. La altura original es de 312 metros (de ahí su nombre inicial: Torre de los 300 metros), pero la posterior instalación de antenas de radio y televisión en lo más alto de la estructura le añadieron otros 12 metros, para un total de 324.
Para construirá se requirió de más de 18 mil piezas de hierro y 2 millones y medio de remaches, así como el trabajo de alrededor de 250 obreros. Para pintarla se requirieron más de 40 toneladas de pintura.
“Los cimientos alcanzan los 30º metros de profundidad debido a la proximidad con el rio y a la naturaleza del subsuelo”.
Compuesta de tres niveles, se puede acceder a los dos primeros mediante escaleras, pero el reto no es nada fácil: hay que subir mil 665 escalones. En su interior hay dos restaurantes (uno de lujo en el primer nivel), tiendas de suvenires y una oficina de correo postal.
“En el primer nivel –a 57 metros de altura- está la oficina de correos, desde se pueden enviar postales con la estampilla especial ´París Tour Eiffel´, el restaurante ´Altitude 95´, una tienda de recuerdos, la sala de recepciones y conferencias ´Gustave Eiffel´, el cineiffel, exposiciones con fotos de la torre, y por supuesto la galería desde la cual se pueden tomar fotos panorámicas de París”, explica una guía.
“El segundo nivel se encuentra a 115 metros del suelo y desde allí parte el ascensor que lleva al tercer nivel. Hay algunas tiendas de recuerdos, el restaurante Julio Verne y sobre todo, las panorámicas de la ciudad que son espectaculares”, prosigue. Por supuesto, la vista más impresionante se tiene en el tercer piso, a 246 metros de altura.
Pudo desaparecer
La Torre Eiffel no solo tuvo que luchar para ser construida, sino también para permanecer. Se cuenta que la intención era que la torre fuera desmontada una vez concluidos los festejos. Sin embargo otra versión dice que Eiffel tuvo que invertir su dinero para iniciar el proyecto y que a cambio el gobierno de París le permitiría explotarla durante 20 años, luego de los cuales pasaría a formar parte de las obras públicas de la ciudad.
Lo cierto es que pese al éxito del primer año, siguió enfrentando críticas e inconvenientes para continuar de pie. “Al cabo de 20 años el destino de la torre parecía no ser otro que la destrucción” señala un escrito.
Sin embargo, dada su altura, se decidió instalar una estación meteorológica en la cima y más adelante, una antena telegráfica. A partir de 1921 se comenzaron a emitir programas radiales y con el tiempo llegó la televisión.