La situación ecológica a lo largo de muchos países del mundo, tiene una cara muy distinta a la que puede verse en aquellos que, habiendo alcanzado ciertas cotas de atención social, se pueden permitir el involucrarse masivamente en todo lo tocante al medio ambiente, su preservación y recuperación. En Latinoamérica, y más puntualmente en Venezuela, el problema ecológico, si bien agravado por la sobrepoblación de algunas de sus ciudades, es un mal menor en las grandes extensiones territoriales, deshabitadas o muy poco pobladas, que componen alrededor del 75% del espacio geográfico venezolano.
Venezuela, según algunas fuentes, posee una huella de carbono negativa, es decir, la masa forestal, aunada a que el 70% de la energía eléctrica en el país proviene de turbinas propulsadas por agua (represas hidroeléctricas), conlleva a que el volumen de anhídrido carbónico (y otros gases de efecto invernadero) que se absorbe sea mayor al producido, en cierta manera el territorio venezolano, a pesar de sus múltiples problemas de contaminación urbana, mantiene en negativo la contaminación liberada a la atmósfera. La ecuación antes mencionada nos lleva entonces a comprender que el principal problema ambiental radica en el manejo urbano de los recursos y las problemáticas suscitadas debido a la mala disposición de desechos y residuos domésticos. El agravante de éstos problemas es que anterior a éste nivel de desarrollo, que partiría de la atención correcta al tema del desecho urbano, se encuentra aquel que contiene las problemáticas que ocupan la atención general del estado, elementos como la alta mortandad por actos violentos, la precariedad económica, entre otros; es por ello que nuestro enfoque hacia la sostenibilidad ha partido de la creación de un prototipo doméstico de sustitución que atienda a las necesidades urbanas, refiriendo dinámicas presentes actualmente en las comunidades a intervenir.
Venezuela, según algunas fuentes, posee una huella de carbono negativa, es decir, la masa forestal, aunada a que el 70% de la energía eléctrica en el país proviene de turbinas propulsadas por agua (represas hidroeléctricas), conlleva a que el volumen de anhídrido carbónico (y otros gases de efecto invernadero) que se absorbe sea mayor al producido, en cierta manera el territorio venezolano, a pesar de sus múltiples problemas de contaminación urbana, mantiene en negativo la contaminación liberada a la atmósfera. La ecuación antes mencionada nos lleva entonces a comprender que el principal problema ambiental radica en el manejo urbano de los recursos y las problemáticas suscitadas debido a la mala disposición de desechos y residuos domésticos. El agravante de éstos problemas es que anterior a éste nivel de desarrollo, que partiría de la atención correcta al tema del desecho urbano, se encuentra aquel que contiene las problemáticas que ocupan la atención general del estado, elementos como la alta mortandad por actos violentos, la precariedad económica, entre otros; es por ello que nuestro enfoque hacia la sostenibilidad ha partido de la creación de un prototipo doméstico de sustitución que atienda a las necesidades urbanas, refiriendo dinámicas presentes actualmente en las comunidades a intervenir.
Sostenibilidad humana deviene en un concepto de la visión tropical del subdesarrollo, refiriendo a la ecología y la atención al medio ambiente como primer peldaño para garantizar una calidad de vida digna de sus habitantes. La vivienda integra, a su entorno doméstico, un proceso de sustitución que permitiría actuar sobre tejido barrial consolidado de alta densidad, como sería el caso de Petare o La Vega, por mencionar alguno, basándose en un contenedor que actúe como un recinto donde se acumulen todos los sistemas sostenibles; sobre el cual se posarían las actividades domésticas del cotidiano, dicho contenedor atiende a las situaciones que vulneran la calidad humana, actuando principalmente sobre el área de servicios (agua potable, aguas servidas y clasificación de desechos), y plegándose éstos a la situación tan particular del barrio y sus acontecimientos.
Un intento masivo dentro del subdesarrollo ha sido formalizar lo variado del barrio, el problema antes ésta situación es que se ha visto al mismo como una masa estructurada, y no como una criatura amorfa y cambiante, de manera que las soluciones deben partir del barrio y no hacia éste. Al no poseer sistemas de tuberías para la recolección de aguas servidas o la distribución de agua potable, el prototipo doméstico utiliza tanques que almacenarían ambas (dinámica que ocurre ahora con el agua potable, más no con las aguas servidas), permitiendo ser llenados o vaciados por camiones que circulen en las estrechas vías de la trama barrial; con éste gesto se mantiene a ésta antes mencionada criatura casi intocada, pero se comienzan a solventar los problemas que la aquejan. A su vez, se suma la recolección de aguas de lluvia y la clasificación de desechos como elementos que descenderían el gasto hídrico y ayudarían a la disposición de la basura adecuadamente.
La sostenibilidad humana busca que ambiente y hombre se solapen, que su atención ocurra al unísono e incluso, que una acción pueda aludir a ambas figuras. En la medida en que seamos capaces de atender las necesidades de nuestra población, podremos también solventar las de nuestro medio ambiente, siempre y cuando se llegue al estadio donde una de ellas no tiene por qué ir en detrimento de la otra.
Proyecto: Prototipo doméstico de sustitución ecológico en barrios de conformación paulatina.
Ubicación: Caracas - Venezuela
Arquitectos: Distopía – Laboratorio de Ciudad (Maximillian Nowotka / Francisco Fernandez / Cristina Ramirez / Andrea Molero / Jeanette Subero)
Año de proyecto: 2008
Mención de Honor en el Premio Nacional de Arquitectura para la vivienda social ¨Premio Eugenio Mendoza para la Vivienda 2008¨ Venezuela.
Fuente http://www.distopialab.org/