A día de hoy, Estocolmo expone el proyecto “Puerto Real” en el extremo oeste de la ciudad como un proyecto de redes inteligentes unidas a la arquitectura moderna. ¿El resultado? Posiblemente sea lo más cercano a un museo de la revolución industrial. El edificio más alto es un depósito de petróleo vacíos, un silo construido en 1910. También hay un edificio de ladrillo hasta que una vez albergó una planta de gas. Aunque parte de la construcción que ha tenido lugar en los últimos años y que aquí existen alrededor de 9.000 oficinas, es de alguna manera una zona poco poblada. Gran parte de la tierra está contaminada por productos derivados del petróleo. Aún así en pocos años, será el hogar de 10.000 viviendas inteligentes que sólo consumirán 55 kilovatios-hora por metro cuadrado de electricidad al año – la mitad con respecto a los 110 kilovatios-hora por metro cuadrado al año permitidos actualmente en Suecia, país que impone las normas más estrictas en la UE.
Los residentes generaran sólo 1,5 toneladas de dióxido de carbono al año – una vez más, una enorme reducción de la media de 4,5 toneladas de CO2 emitidas por persona en promedio hoy en Estocolmo, que ya es en sí bastante bajo para los estándares contemporáneos. Los residentes en la vecina Finlandia, cada habitante genera 8 toneladas en promedio. (Los EE.UU., que no tiene la misma necesidad calórica media per cápita, emiten alrededor de 19 toneladas por persona). Alrededor de 30.000 espacios de oficina también existirán en la zona, con lo que el total de campo habitable comprenderá de 236 hectáreas, incluyendo las zonas abiertas. Los carriles bici, el transporte público y las estaciones de carga conectarán a los residentes con el centro de la ciudad histórica. Transbordadores y barcos de pasajeros podrá conectarse a los 40 megavatios de potencia disponibles en lugar de ejecutar sus cocinas, luces y aparatos electrónicos de diesel mientras que estén el puerto, por primera vez en el mundo. Un ferry puede requerir de 12 megavatios de potencia mientras esta en el puerto y el ruido, las emisiones de partículas y vibraciones de los motores que emiten harían casi imposible la existencia del gran número de oficinas y apartamentos. Otras de las razones de la necesidad de la red eléctrica en el puesto es que Estocolmo no puede deshacerse de los barcos para construir su eco ciudad ya que el 24 por ciento de sus ingresos proviene del turismo, específicamente de los cruceros.
Los paneles solares, los generadores de biocombustibles y los dispositivos de captura de calor residual, harán perfectamente de esta ciudad una región de carbono neutral para el año 2030. Esta ciudad, incluso podría llegar a tener cero emisiones de carbono. El resto de Estocolmo no logrará la neutralidad de carbono hasta el año 2050. “En los próximos 20 años, esta ciudad reunirá 200.000 habitantes”, afirma Tomas Gustafsson, director de medio ambiente y la sostenibilidad en Estocolmo Puerto Real. “Eso es tan grande como Malmö, nuestra tercera ciudad más grande.”La construcción se inició hace tres semanas y los primeros habitantes llegarán a finales de 2012 o 2013. En 2018, se prevé que gran parte de la obra estará completa.
La idea base de esta ciudad es doble. Aunque va a estar dotada de una enorme cantidad de energía hidroeléctrica, Suecia tendrá que conseguir más energía de fuentes renovables e incrementar la eficiencia conforme crezca la población y moverse hacia los centros urbanos. En Europa, el 80 por ciento de la población vive en ciudades, las cuales representan el 50 por ciento de las emisiones. La ciudad de Puerto Real, se convertirá en un modelo más de desarrollo urbano. Algunas de las ideas para la construcción de la eco ciudad han partido de los conceptos de Hammarby Sjöstad, un barrio construido en los años 90 como parte de un intento frustrado de la tierra de los Juegos Olímpicos de 2004. Este barrio fue el primero en el mundo en seguir las ideas y conceptos verdes. Los políticos y otros se mostraron escépticos en que esta corriente lograra la aceptación de los mercados pero poco después, los líderes de gobiernos extranjeros comenzaron a solicitar visitas guiadas a Hammarby Sjöstad. Hoy la demanda entre los consumidores, en particular las familias, es bastante alta en la zona.
Y, al igual que hizo Corea del Sur con la banda ancha, Suecia espera aprovechar la experiencia de las ciudades ecológicas como una forma de exportación de know-how intelectual con el resto del mundo, en gran parte y de la misma manera, el país exportó telecomunicaciones know-how en los años 90 . No es una mala elección. Eco Cities es sin duda, el mercado más grande que hay; lo abarca todo, desde el diseño de los hogares hasta equipos industriales, trenes de cercanías y centros de control para el transporte. IBM y Cisco System recientemente se comercializan como socios para el equipamiento de ciudades verdes. Alrededor de todo este proyecto, se está generando una industria y modelo social tanto laboral como relacional, muy diferente al resto de la ciudad dado que los parámetros de medición tanto económicos como de calidad de vida, varían respecto al modelo heredado de la revolución industrial. Al igual que ocurre con la industria aeronáutica, el nuevo modelo urbano que Estocolmo pretende desarrollar y exportar, genera nuevos vínculos sociales y económicos que, aún emergentes, serán objeto de estudio para el trazado urbano de esta nueva ciudad.
1 Comentarios:
Ojalá estuviésemos t.odos tan concienciados como los suecos
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